jueves, 29 de enero de 2015

"El cielo que me tienes prometido"


Se dice entre los músicos que la música es un idioma universal que fue implantado en algunos hombres por unas musas, criaturas espirituales que habitan en el paraíso o cielo. Pero......existe el cielo como lugar físico?

Según creen algunos, si, es un lugar real, así lo dice la Biblia. El acceso a este paraíso a través de la fe en Cristo y su ubicación geográfica es, sin dudarlo, allá en donde está Dios.
Sin embargo, si Dios es espíritu, el cielo no puede estar mucho más allá del espacio que rodea la tierra o más lejos de las estrellas del firmamento, no pues esto quiere decir que está en un lugar diferente al nuestro en el espacio y el tiempo y, los escritos hablan de un Dios cercano a sus hijos en la tierra.



La Biblia se refiere a menudo al cielo o al paraíso prometido a los hombres por su Dios pero carece de una descripción de su ubicación, quizá el Todopoderoso lo haya hecho a conciencia para que el hombre se centre más en Él que en la ubicación del cielo, posiblemente sea más importante saber el “porqué que el “donde”. En el Nuevo Testamento se nos explica el propósito del cielo en mayor medida que el saber qué es y/o donde se encuentra. 
 
Para la mayoría de los creyentes en la fe cristiana, el cielo, ese lugar que Dios promete para el descanso eterno, supone la meta después de una larga vida llena de todo tipo de miedos, inseguridades, incertidumbres, pero también de alegrias, felicidad, placeres materiales y espirituales, es la recompensa una vez superada la prueba de la vida. El único obstáculo que nos hace perder la cabeza es el paso hacia ese cielo, ese paraíso prometido. Quizá es que nos supera del todo el no poder controlarlo, es algo a lo que no podemos enfrentarnos, pero superior a nuestra capacidad mental y física. 
 
No sé si nunca estaremos preparados para ese viaje del que solo hay una dirección o, al menos, es lo que podemos ver desde este lado.
Puede que esté tan cerca de nosotros que no lo distinguimos con nuestras facultades, puede que sea un escalón entre el espacio y el tiempo, otra dimensión, otra fase, un plano más al que solo accedemos cuando nuestro cuerpo material deja de funcionar.
Y al final, volvemos al principio, nuevamente, para ir perfeccionando nuestro ser espiritual, a imagen y semejanza de Dios.

El comienzo del post, si hacemos memoria, la música, ese lenguaje universal traído por las musas, entes espirituales que se acercan a nosotros en ocasiones.
Porque, bien cierto es que la música nos hace revivir tiempos pasados, nos trae recuerdos de seres cercanos, nos alegra el alma o nos entristece el corazón, nos toca una parte muy íntima, nuestro espíritu.
Quizá en esos momentos felices, o tristes, estamos cerca del cielo o del infierno, quien sabe.................